miércoles, 7 de enero de 2009

Un futuro incierto

La náutica, y más concretamente, las regatas de vela, no tienen un futuro cierto. Desde un punto de vista global, lo que mejor se ha hecho en los últimos tiempo es dar palos de ciegos. Se generan ilusiones poco consistentes de circuitos de regatas que no acaban de cuajar y que se proyectan bajo un túnel oscuro que no ve la salida y en muchas ocaciones el camino. Las clases IMS, TP52, GP42 son algunos ejemplos, porque hay muchas más, que no justifican la inicial profesionalización de la vela con el escazo arraigo y consolidación que es necesaria para popularizar nuestro sector.

Todo apunta que este año este tipo de clases reducirá el número de participantes por falta de presupuesto y por la continua evoluación de las embarcaciones que obliga a realizar inversiones continuas para ser competitivos.

Los barcos monotipo con un reglamento que fije más estrechamente los límites de diseño y de inversión son, desde mi punto de vista, la mejor apuesta para lograr flotas numerosas y divertidas.

Nos movemos por intereses políticos y económicos y esto es una situación muy negativa que debemos intentar cambiar entre todos. Quiero ir revelando en las próximas noticias mi punto de vista para revertir esta situación y les invito a aportar todas las ideas que tengan para conseguir un mundo náutico más atractivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo Gustavo, en una situación como la que estamos atravesando en España, el monotipo no sólo es una apuesta que económicamente puede permitir el acceso a un mayor número de unidades (lo que redundaría en la calidad de los participantes ante el aumento de la competencia); sino que además se convertiría en el referente para el tránsito de los jóvenes que quieran pasar de la vela ligera al crucero. No podemos olvidar que en el fondo son la cantera de un deporte en el que España ha venido siendo cabeza de serie en las últimas décadas a nivel internacional, y sólo manteniendo el nivel podremos optar a que una vez se reactive la economía, los sponsors vuelvan a apostar duro por los circuitos más costos y los proyectos de mayor envergadura.

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