El momento de la aparición de la Virgen del Pino siempre ha estado envuelto en un halo de misterio, existiendo todo tipo de versiones, algunas más o menos piadosas y otras que quitan al asunto todo carácter sobrenatural y hasta dan referencias de la persona que se trajo la talla desde España. Sin embargo, la tradición popular cuenta como hacia el año 1481 la imagen de la Virgen María apareció de manera sobrenatural en lo alto de un pino situado en las inmediaciones donde años más tarde sería levantada la basílica que la alberga.
"Nuestros padres nos han dicho que dirigidos por un resplandor maravilloso la encontraron en la eminencia de un Pino, rodeada de tres hermosos dragos, de cuyas ramas se formaba una especie de nicho; que una lápida muy tersa le servía de peana y que del tronco de aquel árbol nacía una fuente perenne de aguas medicinales".
Cuenta también que estos pinos se hallaban en un lugar que era conocido como Aterura, que solía aparecer en documentos de la época como Terore, o incluso Terori. De ahí a Teror, que es como se denomina el municipio hoy en día, no hubo sino un paso. Tras la construcción de la Basílica comenzó a nacer, a su alrededor, el bello pueblo que existe actualmente.
La romería-ofrenda sale el 7 de septiembre del Castañero Gordo y llega a las puertas de la basílica de La Virgen del Pino, donde hay una representación de los municipios de Gran Canaria y de cada una de las islas. Es característico de las romerías canarias, que cada pueblo acuda con su propia representación, una carreta tirada por bueyes con una carroza que representa a la población, seguida de romeros ataviados como magos.
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